lunes, 21 de noviembre de 2011

Condiciones de la educación

 ὅτι μὲν οὖν τῷ νομοθέτῃ μάλιστα πραγματευτέον περὶ τὴν τῶν νέων παιδείαν, οὐδεὶς ἂν ἀμφισβητήσειε: καὶ γὰρ ἐν ταῖς πόλεσιν οὐ γιγνόμενον τοῦτο βλάπτει τὰς πολιτείας.

No puede negarse, por consiguiente, que la educación de los niños debe ser uno de los objetos principales de que debe cuidar el legislador. Dondequiera que la educación ha sido desatendida, el Estado ha recibido un golpe funesto.
     Aristóteles, Política VIII, 1

Pronunciación del griego antiguo

Podréis comprobar cómo diferencia las vocales largas de las breves y cómo pronuncia las consonantes aspiradas. Se intuye el ritmo del hexámetro.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Edén al Oeste


Director: Constantin Costa-Gavras Intérpretes: Ricardo Scamarcio, Juliane Köhler, Ulrich Tukur, Éric Caravaca País: Francia, Grecia, Italia Año: 2009. Fecha de estreno: 23-10-2009 Duración: 106 min. Género: Drama
Al igual que en la Odisea, el Mar Egeo es el escenario donde discurren las aventuras de Elías, nuestro protagonista. En esas mismas aguas, bajo el mismo sol y los mismos cielos, como en el amanecer de la civilización. Después de innumerables incidentes y accidentes, una escala en el paraíso y una estancia en el infierno, el mágico final de su periplo se desarrolla en París. París, la ciudad que resplandece en los anhelos más profundos, en el sueño más agitado de los viajeros. “Edén al oeste” intenta recrear el camino, el viaje de aquéllos (que fueron nuestros padres y nuestras madres) que cruzaron tierras, océanos y mares embravecidos a la búsqueda de un hogar.

Nuevo curso, nuevas lecturas

Este año, como ya sabéis, nos vamos a dedicar casi exclusivamente al estudio de la literatura latina (y griega). Y siempre que sea posible, leeremos textos actuales inspirados en los autores grecorromanos. He leído un poema de Santos Jiménez (Ávila, 1959) que, a mi juicio, nos incita a sumergirnos en la literatura clásica. Y es que no hay nada nuevo, todo está en los clásicos.
Todo lo que pensaba escribir
lo están diciendo los antiguos:
los trabajos, las ruinas, el sexo.
La ignorancia y miles de años
me separan de ellos.
Lo están cantando todo:
la bella muchacha,
el bello muchacho,
los dientes caídos,
las cargas de hacienda,
la guerra, la guerra, la guerra.
Catulo, Catulo, con ese ya no hay cuenta,
pues es un libro abierto
como corazón de torero:
los besos más sublimes
en los vasos más labrados,
el miembro del anciano
con el deber cumplido,
las violetas, las estrellas,
las caderas, los mimbres,
el miedo...,
y esas diosas creadas para consumo interno.
Lo están cantando todo.
Yo aquí lo dejo
y me tumbo a que me prendan
los latines que no entiendo.